miércoles, 7 de enero de 2015

Renso Perez hablo en Diario la Mañana

Renso Perez junto con Deigo Grecco en el primer dia de la pretemporada

El Volante por derecha Renso Perez, hablo en Diario la Mañana sobre todo un poco. Con Villa Dálmine en la segunda categoria del futbol argentino el Volante aclaro : "Podemos ser la sorpresa en el Nacional B"

 

Iniciaste el año de una forma complicada pero pudiste cerrar el 2014 con un ascenso y con una gran alegría…

 - Fue un 2014 con un final espectacular, algo que no me imaginaba. A finales del 2013 me había puesto como meta tener más continuidad en Ferro ya que tenía contrato hasta junio. Mejoré un poco, pero tuve que jugar de cuatro un poco más retrasado. Estuve en 5 partidos de los 19 que se jugaron, por lo que no me fui conforme. Volví para Bolívar un poco decaído, con la mente en lo que sería una nueva experiencia en Dálmine. El “Viola” venía de salvarse del descenso en la última fecha y sabía que ni iba a ser fácil. En esos momentos me ayudaron mucho los amigos, mi familia y mi novia, necesitaba tener continuidad. Bajé de categoría a un club en donde había logrado anteriormente cosas importantes. Hablé con Sergio (Rondina) quien me dijo que si bajaba me iba a dar la confianza que yo necesitaba para jugar, fue algo muy importante ya que lo necesitaba. Nunca me imagine terminar el campeonato de la manera que se dio. Cuando se armó todo llegamos con la intención de sumar puntos para mantenernos en la B Metro. Con el paso del torneo fuimos sumando, trabajando partido a partido hasta llegar a la instancia de lograr el ascenso.

¿Qué te enseñó el paso por la B Nacional?

- Me arrepiento por no haber sido más protagonista y decisivo, creo que si vos querés lograr tu sueño hay que mentalizarse y no esperar cosas de otras personas. En lo individual no me animé a ser más encarador y eso en el Nacional se nota. En el lugar que ocupé en la mitad de la cancha tenés que ser determinante, el equipo depende mucho de los volantes para el inicio de la jugada. Si tengo que definir mi paso por Ferro creo que me faltó decisión y ser más frontal. En Dálmine bajé sabiendo eso, consiente de que debía imponer la trayectoria. Encararé el 2015 sabiendo que deberé ser diferente, sin depender de nadie.

Tenés la posibilidad de tomarte ese desquite ahora con Dálmine en el Nacional…

- Será importante el respaldo de Dálmine, en Ferro fue distinto y es entendible. Cuando uno llega de refuerzo tenés que rendir más que los demás. Lamentablemente no me fue bien y la gente se molestó conmigo y con los que llegamos en aquel momento. Ahora tengo el respaldo de Dálmine, la gente de Campana, de todos mis compañeros y el cuerpo técnico. En este año que comienza voy por todo, tratando de rendir lo máximo posible, tener continuidad y lograr las metas que tengo.

Tu vínculo con Dálmine termina en junio ¿vas a negociar la continuidad en Campana?

- La idea es seguir, creo que los dirigentes y el cuerpo técnico piensan de la misma manera que yo. Al cambiar de categoría eso se tiene que rever. Quiero jugar en la B Nacional con Dálmine. Tuve propuestas de Gimnasia de Mendoza y de Brown de Madryn; les agradecí pero les aclaré que tenía ganas de jugar en Campana. Es una revancha para mí volver a esa categoría, quiero mostrar más de lo que hice en Ferro. 

¿Cuáles fueron las claves de este equipo que ascendió?

- Lo que generó este logro deportivo fue el grupo, con jugadores humildes y comprometidos. También contamos con futbolistas que habían jugado en Primera División como Kletnicki y Matías Valdez. Fue fundamente la unión del grupo y el cuerpo técnico, con gente humilde y laburadora. El plantel se armó con la finalidad de sacar puntos, lo que llegó después fue otra cosa. Sabíamos que ascendían tres equipos, nos decían que teníamos que tener fe de que se nos podía dar. Entendimos el mensaje, desde la primera fecha lo proyectamos para ir partido a partido, sumando lo más posible. A mitad de campeonato ya peleábamos con los punteros, éramos conscientes de que compartíamos la zona con equipos difíciles, que era candidatos. Muchos nos daban por muertos, fuimos la “cenicienta”, trabajando los partidos con mucha seriedad, sin regalar nada. Perdimos algunos partidos, no por virtudes de los demás sino por errores nuestros. Nos hicimos muy sólidos de visitante. Llegamos a Reducido sabiendo que definiríamos todas las series de visitante. Le ganamos a Barracas Central en cuartos, a Estudiantes en semis y luego la gran final. Nos medimos ante el Tristán Suárez de Caruso Lombardi, con jugadores con mucha experiencia en Primera. Sabíamos que nuestro grupo era más sólido y logramos una hazaña.

Perdieron la primera final (1 a 0) ante Tristán Suárez y llegaron a la segunda de “punto”…

- Fue un partido raro, sabíamos que no había nada que perder. Cuando comenzamos nos propusimos hacer 30 puntos y terminamos con 37, se clasificó al Reducido y llegamos a la final. Teníamos 180 minutos para cambiar el futuro de todos.

Después del primer choque hubo un gran choque dialéctico por parte de muchos de los protagonistas…

- Caruso y Rondina tuvieron un cruce de palabras. Nos dieron como un equipo que ya estaba muerto. Cuando perdimos en Campana el primer choque hablé y dije que estaba dolorido por la derrota pero sabíamos que estábamos intactos. Ellos festejaron mucho después del 1 a 0, se sentían campeones. Al margen de eso me tenía mucha fe, me dolió el resultado, pero confiaba mucho en lo que podíamos hacer. El cuerpo técnico nos habló y dejaron en claro que teníamos que ir a ganar el lunes. Cuando llegamos a la cancha el ambiente era raro, la gente ya estaba festejando. Esa segunda final fue el mejor partido que jugó Dálmine.
Pitazo final ¿qué pasó por la cabeza de Renso Pérez?

- No lo podía creer antes del pitazo final. Casi tuve la oportunidad de anotar el 3 a 0 para cerrar la serie o ellos descontaban e íbamos a los penales. Llegué con lo justo, sin piernas, enganché con lo último y le pegué (Capogrosso la sacó). La jugada final fue una de ellos en la que Diz se lo pierde debajo del arco. En ese momento me dije que éramos campeones  y se me vino el momento del ascenso de Dálmine de la C a la B. No nos daban dos pesos y nos quedamos con un partido increíble de visitante, ante Caruso, ante todos. Cuando terminó era ir a abrazarse con todos, éramos los jugadores junto a un par de dirigentes y nadie más. Cuando llegamos a Campana fue algo increíble.

Con el paso del tiempo te transformaste en un referente indiscutible del equipo ¿cómo te sentís con este mote de ídolo en Campana?

- Lo manejo con tranquilidad, no me doy cuenta lo que le genero a la gente. Cuando ando por la calle me pasa que muchos frenan en sus autos para pedirme una foto o un autógrafo. Esta bueno que eso pase, más en mi caso que soy de afuera y estoy lejos de mi casa y mi familia. Agradezco a la virgen y a Dios lo que me tocó vivir. En tres años en un club no es fácil conseguir dos ascensos y ganarse a la gente.

¿Qué imaginás para este 2015?

- Me pongo metas a corto plazo, como cuando bajé a Dálmine nuevamente. Intentaré jugar la mayor cantidad de partidos posible. Quiero afianzarme en la categoría, necesito hacerlo teniendo en cuenta la edad que tengo (26 años). Sigo soñando con jugar en Primera y afuera para no bajar más. Si la vida me dio esta segunda oportunidad trataré de aprovecharla de la mejor manera. Me tengo fe con Dálmine, ojo, porque podemos ser la sorpresa en el Nacional B.

Para que tengas la posibilidad de jugar al fútbol muchas personas son importantes…

- Quiero agradecerle a la gente de Bolívar, que siempre me apoya y que está conmigo en las buenas y en las malas. Obviamente que también a mi familia, a mi mamá, papá, abuela, a mis cuatro hermanas y a mi novia Constanza que me banca siempre. Ella me acompañó a Catamarca y pasó hambre conmigo. También me acompañó a Dálmine y fue a Ferro. A mi suegra y a mis amigos. Quisiera saludar también a la familia Fernández de “Pepo” y “Maxi”, también a la familia Kunz. A “Maxi” Castelli, a Luis Zarza, a Gonzalo Caballeri, Luciano Morbelli, José Sánchez, “Nico” Valva, muchas personas que siempre estuvieron contentas de lo que me está pasando. Ojalá que el 2015 venga de la mejor manera para todos.

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